Reseña manga: Bilogía de "Sayonara, Sorcier"

Título: Sayonara, Sorcier
Autora: Hozumi
Editorial: Milky Way Ediciones
Tipo: Serie cerrada (2 tomos)
Formato: 11,5 x 17 cm
Páginas: 384 (en total, BN/páginas a color)

Finales del siglo XIX.
Théodorus van Gogh es un famoso comerciante de arte y encargado de la rama parisina de la prestigiosa casa Goupil & Cie, patrocinada exclusivamente por miembros de la burguesía francesa, quienes hacían de mecenas de jóvenes y prometedores talentos. Sin embargo, es una época llena de conservadores que piensan que el arte pertenece únicamente al estrato más pudiente de la sociedad, ya que el resto, según ellos, no es digno de crear ni de apreciar el arte. Pero Théodorus piensa que la mejor manera de vencer al sistema es destruirlo desde dentro, por lo cual hará todo lo posible por ayudar a artistas de gran talento, para que así puedan alcanzar el reconocimiento de la academia.

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He leído estos mangas porque eran los típicos que siempre ves en alguna librería, ahí, abandonados a su suerte, que además te llamaba la atención... Pero que dejabas ahí porque, al leer la sinopsis, piensas que va a ser un poco aburrido y predecible. Incluso aunque su dibujo fuese espectacular. Tenía algo a primeras que no me instaba a gastarme el dinero en ello.

Me equivoqué.




Según la sinopsis, el argumento parece girar en un «Oh, Dios mío, luchar contra el sistema de gente conservadora... Del arte... Ah... Uf...» y es lo que temía que me aburriera. Era principal razón por la que se quedaban abandonados en los estantes (primer párrafo, os lo recuerdo). Me gustaría que hubiesen hecho más emocionante la sinopsis. Ejemplo rápido y no planeado: «¡Conozcan y vean la gran mentira del mundo! ¡Conozcan y lean cuál fue el verdadero motivo por el que van Gogh pintaba! ¡Observen el importante papel de su hermano menor, apenas conocido! ¡Adelante, pasen y vean porque observarán cómo cayó el arte conservador, cómo se retorció de dolor antes las pinceladas del pueblo, del pueblo pintor! ¡Cómo la alta élite tuvo que inclinarse ante el arte que rechazaban!». Así, yo hubiera caído rendida nada más verlo (aunque puede que me haya quedado un poco largo).

Mi emocionante discurso anterior era para que conocierais mejor el percal. Claro que todo esto sucede gracias a Théodorus van Gogh (de ahora en adelante Théo o el señor con el que se dilatan las pupilas hasta límites insospechados). Sí, a pesar de que Vincent (el hermano mayor) es el más conocido por todos, en este manga han querido darle un hueco. Vemos a Théo como una persona muy carismática e inteligente, que consigue todo lo que se proponga aunque tenga que llegar a ciertos límites. Quiere que el arte de su hermano dé la vuelta al mundo, cree que Vincent tiene un don y que todo el mundo lo tiene que ver y apreciar. Se comprobará el porqué de esos sentimientos tan potentes, la verdad que hay en ellos.

Sin embargo, Vincent es un hombre feliz que simplemente pinta porque le gusta. No tiene mayor aspiración que conseguir lienzos y pintura (sí, muy contraria a la versión depresiva que todos conocemos, ¿verdad?). Quiere a su hermano, lo valora y está orgullosísimo de él, pero no acierta a comprender por qué se empeña en meterle en sus planes. Sólo quiere pintar. Fin.

Como habéis leído, en aquella época la élite artística daba más valor al retrato de un hombre con cara agria que a un cuadro impresionista de una hogaza de pan (una deliciosa hogaza de pan, eh). Théo se va a encargar de que las cosas cambien y de qué manera lo hace. Me ha gustado muchísimo cómo se las ingenia, cómo piensa y actúa para conseguir lo que quiere que es la expansión del verdadero arte: plasmar lo que amas.

Los diálogos están llenos de nombres de personas y lugares. Aunque varios de ellos se reconocen, agradezco que el traductor haya ampliado brevemente la información con sus notas sin llegar a agobiar. Igualmente, los diálogos son fluidos y captan muy bien a los personajes. Sencillamente Théo tiene una labia impresionante y es capaz de animar a hacer cualquier imposible. Gracias a él se mueve todo. Te podrías pasar horas leyéndolo. Vincent en cambio me ha parecido un niño pequeño y seguramente es lo que pretendía Hozumi: presentarlo como alguien inocente, despreocupado, feliz. Lo ha conseguido.

El final ha sido... Impredecible. Sí, realmente todo lo ha sido, pero más aún el final. Me he visto obligada a informarme sobre las biografías de los dos hermanos y me ha sorprendido la fidelidad en tantos apartados (personajes, peregrinación, oficios). Incluso se dice (en la vida real), que Vincent no se suicidó, por ejemplo. O que Théo murió de la tristeza y no de sífilis. Aquí vemos por qué se dice eso (de manera imaginativa, espero).

Así pues he de haceros una enorme recomendación: leed «Sayonara, Sorcier» (he caído hace nada en el sentido del título y ha ganado más puntos en mi cabeza) porque seguramente os haga descubrir facetas desconocidas y sorprendentes de un personaje famoso. La bilogía no es para nada aburrida y se lee en un santiamén. Incluso hay tiempo para disfrutar de ese dibujo tan limpio y definido.



«Sayonara, Sorcier» está plagada de sentimientos positivos y negativos,
lleno de historias y tejemanejes que picará mucho la curiosidad sobre van Gogh.





Me encanta cuando hago pleno en reseñas positivas,
¡espero que siga así la racha!
¡Gracias por leer y nos vemos, gotucas!
Marmota Insomne

1 comentario:

  1. Hola ^^

    Me he quedado sin palabras con la reseña, la verdad.

    Desconocía por completo esta obra pero me ha llamado mucho la atención todo lo que has contado, así que quizás un día... ^^

    Me atrae todo lo del arte. No lo de derrotar a la clase alta y crear una revolución pero si lo de Theo y Vincent. Lo que les hacía humanos y especiales.

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